Alerta: La proliferación de Instaladores no capacitados.
La seguridad electrónica en Argentina atraviesa un momento de gran crecimiento. Cada vez más hogares, empresas y comercios apuestan por la instalación de alarmas, cámaras de seguridad y controles de acceso para proteger sus bienes y a las personas.
Este auge ha impulsado a muchos a emprender como instaladores independientes, atraídos por la alta demanda y la posibilidad de iniciar con una inversión relativamente baja. Sin embargo, este fenómeno trae consigo un gran desafío: la falta de capacitación y profesionalización en el sector.
De acuerdo con datos de CASEL (Cámara Argentina de Seguridad Electrónica), más del 60% de las instalaciones de sistemas de seguridad en Argentina son realizadas por instaladores independientes.
El problema es que muchos de ellos no cuentan con la formación técnica necesaria, lo que genera fallas en la instalación y, en consecuencia, riesgos para los usuarios. Este fenómeno, conocido como informalidad técnica, no solo afecta a los consumidores, sino también a la credibilidad de toda la industria.
Los riesgos de una instalación sin capacitación
Confiar en un instalador no certificado puede traer consecuencias graves. Entre los problemas más frecuentes en la instalación de sistemas de seguridad electrónica se destacan:
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Falsas alarmas: más del 40% de los reportes en sistemas conectados a monitoreo corresponden a falsas alarmas por configuraciones erróneas.
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Cobertura inadecuada: cámaras ubicadas en ángulos incorrectos o sensores mal calibrados generan puntos ciegos y reducen la eficacia del sistema.
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Riesgos de ciberseguridad: la mala configuración de dispositivos IoT puede abrir la puerta a accesos no autorizados a cámaras y datos personales.
En resumen, un instalador sin capacitación no solo compromete la inversión del cliente, sino también su seguridad real.
La necesidad de profesionalizar la seguridad electrónica
Frente a este escenario, instituciones como CASEL, CEMARA (Cámara de empresas de monitoreo) y ALAS (Asociación Latinoamericana de Seguridad) promueven programas de capacitación y certificación.
Más de 2.000 técnicos fueron capacitados en el último año, con foco en instalación de alarmas, videovigilancia, controles de acceso y ciberseguridad. Aun así, estos esfuerzos no logran cubrir el ritmo con el que nuevos instaladores ingresan al mercado sin preparación adecuada.
Un sector con oportunidades, pero con grandes desafíos
La industria de la seguridad electrónica en Argentina crece a un ritmo anual estimado del 15%, convirtiéndose en una de las más prometedoras del país.
Sin embargo, un relevamiento de Market Insights Security LATAM revela que el 30% de los usuarios residenciales y comerciales que instalaron sistemas en los últimos dos años tuvieron problemas técnicos por malas prácticas de instalación.
Esto refuerza la necesidad de establecer estándares de calidad más rigurosos y mecanismos de control que aseguren un servicio confiable y profesional.
Cómo avanzar hacia un futuro más seguro
Para consolidar la seguridad electrónica como una industria confiable en Argentina, es clave impulsar tres ejes fundamentales:
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Capacitación continua: las tecnologías cambian y exigen actualización constante.
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Certificación obligatoria: garantizar que todo instalador de alarmas y cámaras cuente con credenciales oficiales.
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Consumidores informados: elegir siempre profesionales acreditados y pedir referencias antes de contratar.
La seguridad no admite improvisación. Solo con instaladores capacitados y certificados, la Argentina podrá garantizar sistemas de alarmas, cámaras y controles de acceso realmente efectivos para proteger hogares, empresas y espacios públicos.
Fuente: Diego Madeo para casel.org.ar