Cámaras de seguridad: consejos para proteger tu intimidad

La instalación de cámaras de seguridad en el hogar es, actualmente, la preferencia de la mayoría de los argentinos a la hora de buscar tranquilidad. Son herramientas para brindar confianza al dejar la casa sola. Sin embargo, la preocupación por la privacidad persiste. ¿Cómo se protege la intimidad de las familias?

Aquellos que eligen tener cámaras de vigilancia en sus hogares lo hacen por diversos motivos, principalmente vinculados a la tranquilidad de mantener el control sobre sus propiedades durante su ausencia. Pero es importante saber que los sistemas de monitoreo están diseñados para preservar la privacidad. De esta manera, por lo general, la central de monitoreo sólo puede acceder a las imágenes cuando se activa el sistema de alarma o alerta.

Para garantizar que los operadores únicamente puedan visualizar eventos específicos, evitando invasiones de la intimidad, el sistema de alarmas se activa cuando se detecta alguna amenaza y envía una señal a la central de monitoreo. El equipo de trabajo verifica la situación y, si es una emergencia real, se contacta a las autoridades o servicios de emergencia correspondientes. Además, se informa a los contactos de emergencia proporcionados por el cliente para brindar apoyo.

Con los avances tecnológicos recientes, también es posible acceder a las imágenes de las cámaras a través de los dispositivos móviles. Este acceso permite visualizar al instante lo que está sucediendo al recibir una alerta. Los sistemas de alta tecnología son fundamentales para adaptar el sistema a las particularidades de cada hogar, comercio o empresa, permitiendo la configuración remota y personalización del sistema, así como el acceso a las imágenes desde cualquier ubicación. Sin embargo, es crucial tomar precauciones para minimizar riesgos.

En este sentido, algunos consejos de seguridad incluyen:

• No compartir contraseñas de acceso ni códigos QR con terceros.

• Utilizar siempre redes seguras y privadas al acceder a las imágenes en vivo, evitando redes abiertas en
lugares públicos.

• Informar inmediatamente al proveedor del servicio ante cualquier sospecha.

• Cambiar periódicamente las contraseñas.

• Limitar el acceso solo a un número reducido de personas autorizadas.